RBD extasió anoche a su público en un concierto celebrado en el Palacio de los Deportes de Madrid cargado de emotividad.
El público, en su mayoría chicas y chicos adolescentes, enloqueció cuando los RBD iniciaron el recital con "Fue la niña", uno de sus éxitos, mientras los cantantes correteaban por una pasarela que les acercaba a sus fans de primera fila, conquistada en muchos casos por haber hecho cola varios días alrededor del recinto.
Combinando canciones llenas de ritmo como "Celestial" o "Tras de mí", con baladas como "No pares" o "Sálvame", RBD brindó a su público más de una hora y media de concierto sin parar de interactuar con sus admiradores.
Con unas coreografías trabajadas, pero que daban lugar a la improvisación, los mexicanos hicieron las delicias del público con su variado juego de vestuarios, en el que destacaron los trajes de camisa y corbata con los que aparecen en la telenovela y que vistieron a la hora de interpretar su mayor éxito, "Y soy rebelde".
Más allá de la música hubo lugar para numerosos mensajes, como el de poncho pidiendo paz y tolerancia, el grito de "¡rebeldes por siempre!" de Christian o, uno de los más singulares y emotivos, un minuto, no de silencio sino de aplausos, en homenaje a las víctimas del accidente de avión de Barajas del miércoles.
Pero sin duda el tema más recurrente del concierto fue el de la despedida, a la que hicieron alusión todos los integrantes del grupo por separado y que llevó incluso a las lágrimas tanto a Anahí como a Dulce María.
Los miembros del grupo agradecieron el apoyo incondicional de sus fans, a quienes describieron como "los verdaderos protagonistas de RBD", pero fueron claros al expresar que "todas las cosas tienen que terminar algún día".
El concierto de Madrid ha sido el primero de una gira de despedida que llevará al grupo a Barcelona el 25 de agosto, además de a países como Estados Unidos, Argentina, Colombia, Serbia o Rumanía y que terminará en su México natal.
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